El Camino del Privilegio.Recorrido entre Santa Rosa - Alto del Yarumo y San Julián.
Actualizado: 3 oct 2019

Profesor Luis Fernando Sánchez Jaramillo, Universidad de Caldas y Presidente de La Academia de Historia de Pereira Ricardo de los Rios Tobón.
En una caminata de domingo, hemos tenido el placer de compartir con personas que además de su conocimiento y gusto por la historia de la región, también disfrutan de las caminatas en el verde exuberante de nuestras montañas. Un domingo del mes de septiembre a las 8:00 a.m. es la cita en el café ¨tinto parao¨ de la plaza central de Santa Rosa de Cabal. Varios de los asistentes se verían por primera vez en la vida para compartir historias, anhelos, pesares, sueños. Entre estos últimos, el de poder unir esfuerzos para proteger el Camino del Privilegio, dado a conocer por el abogado Jaime Fernández Botero, quien realizó la invitación.

Templete en la vereda Guacas.
Luego del amigable encuentro, el desplazamiento a la plaza de mercado o galería, como se suele llamar por aquí, al sitio donde se concentra la oferta y demanda de productos del campo, variedades, licor, y otras cositas. La salida es en un jeep Willys modelo 1954, color rojo; el sitio de llegada: Alto del Yarumo, dicen que se encuentra a una hora de camino aproximadamente y luego de pasar por la vereda guacas y otras más. En el recorrido encontramos, competencia de ciclismo, verde y más verde, construcciones de diferentes tipos y como siempre las Acacias… ¨casa a punto de caerse, porque ya no vive nadie en ella, como dice la canción de nuestro repertorio nacional. Que no falte el pasar por los pequeños puentes, ubicados sobre caudales de agua que parecen inofensivos a simple vista, pero que para un buen observador dejan ver sus huellas del cómo se puede crecer tanto su caudal, que llevan consigo lo que se encuentren en el recorrido.

Las casas viejas

La casa Típica

La casa que parece tomada en préstamo de otro paisaje.
Entre leves subidas, planes y bajadas llegamos a la pendiente mayor: ¨ Si no sube con la primera, está la doble, si no sube con la doble, está el bajo ,pero que sube... sube¨. Dice el conductor: un hombre de joven apariencia, que demuestra orgullo porque su carro siempre lo respalda, nunca lo deja tirado y menos a sus pasajeros, agrega que las nueve personas a las que transporta en esta ocasión, o sea nosotros, somos pocas, él ha subido por allí muchas más y con sus mercados o remesas. En lo personal, aquel sendero ya dejaba de ser carretera para convertirse en camino de herradura, pero suficiente para que el conductor y su Willys , siguieran haciendo alarde de su trabajo en equipo.

Inicia el camino a pié.
Ubicados ya en el alto del Yarumo , iniciamos la caminata de tres horas, con cantos de pájaros, flores no vistas antes, puertas de golpe, broches, como los llamaban los abuelos, haciendo las veces de barreras para evitar se salgan el ganado y los caballos.

Las flores que adornan la tierra del camino

Cerca de la cima un potrero verde, en frente montañas con los sabios canosos árboles llamados yarumos, haciéndose notar por encima de los demás compañeros del lugar. En el mismo espacio una colección de frascos plásticos, donde antes contenían químicos, que fueron utilizados y dejados allí, hacemos un árbol y dejamos notas, pidiendo el favor de evitar la contaminación.

El monumento al descuido, pero que invita cuidar la tierra.
Continuamos el camino, entre historias maravillosas de Tomás Cipriano de Mosquera subiendo con su ejército; de los dichos del siete cueros: …Decían hace unos años atrás cuando alguien era ´flojo´: que es no era capaz de llegar ni a un siete cueros, ya que se encuentra en las partes altas de la montaña. De las historias de la iglesia, en fin, hay que hacer más caminatas como esta, por caminos similares.

Profesor Luis Fernando Sánchez Jaramillo.