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Caminos sin caminantes


Francisco Javier González Sánchez

Profesor Universidad de Caldas

Coordinador General de la Cátedra de Historia Regional de Manizales y Caldas, Cultura y Territorio

Manizales, Septiembre de 2023.


Caminante, son tus huellas el camino y nada más, caminante, no hay camino: se hace camino al andar. Al andar, se hace camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar. Es esta una de las estrofas del poema “Cantares” autoría del poeta español Antonio Cipriano José María Machado Ruiz, escrito en 1912 y al cual el cantautor catalán Joan Manuel Serrat le incorporó tres estrofas más en 1969 para terminar convirtiéndolo en una inmortal pieza musical. A esta evocación poética y musical nos trasladó el Maestro Octavio Hernández Jiménez, al escuchar su narrativa a la cual denominó Camino entre Manizales y el Chocó en la pasada sesión de la Cátedra de Historia Regional de Manizales y Caldas, que se realiza los martes en la sede Palogrande de la Universidad de Caldas. (Es para todo mundo). Nuestras montañas, caminos y caseríos son un museo natural abierto de manera permanente y para su ingreso no hay que pagar suma alguna, pero lo que falta es información y una profunda conciencia para reconocer e interpretar esos espacios con una visión no sólo histórica sino imaginativa, creativa y literaria. La puerta de ingreso al museo para aventurarnos hacia el camino de occidente fue puesta en Chipre y se comienza su recorrido hacia la Linda y la Cabaña, centro poblado que según relata nuestro guía un 22 de febrero de 1877, se presentó una de las más sangrientas batallas entre ejércitos caucanos y antioqueños. Sin embargo, el aviso no aparece y si no fuera por el valor del relato se pensaría que estos territorios se han configurado de manera paradisíaca y pacífica. Ni que decir al pasar por el salón de Arauca, en las riveras del río Cauca escenario de reafirmaciones incluso contemporáneas de la violencia bipartidista. Cerca de allí se observa la exposición del Kilómetro 41, cuyo nombre obedece según lo explicado en el recorrido, por la distancia marcada cuando existía el ferrocarril que venía desde Cartago a su paso hacia La Felisa. Del otro costado, la bifurcación hacia San José y Risaralda mal llamada Las Margaritas, pues realmente corresponde es a la finca La Margarita y de allí se avanza hasta llegar al majestuoso salón del valle del Risaralda (Valle de Amicecas) cuyo nombre se debe al español Emilio de Rizaralde. Llegando al valle de Anserma y para ir culminando el recorrido por el museo natural, se observa majestuoso el Tatamá, que conduce tras un ensoñador paso por Apía y Pueblo Rico hacia las riquezas auríferas, hídricas y silvestres del Chocó paradójica región de abundante riqueza natural y de extrema pobreza social. No hace poco tuve la oportunidad de encontrarme por el camino con 3 turistas austríacas que mochila al hombro, vinieron desde Europa a recorrer de manera muy informal, las entrañas del Tatamá hasta Pueblo Rico (6 horas de caminata). España es uno de los principales destinos turísticos del mundo y esta actividad le reporta un 8% de su PIB. De las actividades predilectas por sus viajeros son los recorridos por los senderos especialmente el Camino de Santiago, declarado Patrimonio Mundial de la Unesco. Sentados en los huevos de oro, aún no nos hemos convencido de todas las posibilidades de enaltecer y repotenciar histórica, social y económicamente nuestros propios caminos, que son ni mas ni menos que las arterias, muchas de ellas ya taponadas que permiten darle vida a nuestros territorios y memoria a nuestra sociedad. Pero estamos tan acostumbrados a tanta belleza natural que ya nos es indiferente.

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