“La Cumbia”

Memoria de Libertad
Al pensar sobre la Cumbia y buscar sus orígenes definitivamente se hace necesario una comprensión firme entre la teoría y la práctica,sin perder de vista las condiciones sociales que la permearon y la constituyeron como hecho danzado de cuerpos, que hasta el momento apenas se definían como mestizos, develando en sí misma su esencia en el proceso de resistencia y emancipación, registrando logros pasados que sugieren directrices inéditas de investigación para el ahora. Al pensar sobre la Cumbia y buscar sus orígenes definitivamente se hace necesario una comprensión firme entre la teoría y la práctica,sin perder de vista las condiciones sociales que la permearon y la constituyeron como hecho danzado de cuerpos, que hasta el momento apenas se definían como mestizos, develando en sí misma su esencia en el proceso de resistencia y emancipación, registrando logros pasados que sugieren directrices inéditas de investigación para el ahora.
La comprobación del origen de la Cumbia, se liga a la integración del coctel americano y llega a las raíces de nuestro ancestro triétnico, cuyos tres ingredientes, mezclados ya en diferentes proporciones, forman la síntesis de la nación colombiana (Delia Zapata). Estas posibilidades en mayor o menor medida, están presentes en los proyectos nacionales de constitución de su historia toda vez que son grupos humanos con intereses y visiones sobre el presente, el futuro y pasado los que participan en la construcción de un cierto discurso sobre la nación.
Según los estudios etnográficos realizados por la maestra Delia Zapata Olivella, el continuo contacto de indios y negros acercó y fusionó parcialmente sus expresiones musicales: la melancólica Gaita indígena con la alegre resonancia del Tambor Africano. Así surgió este ritmo que llamamos Cumbia y que hoy encarna el sentir de una caudalosa porción del pueblo colombiano.
Según sus estudios, se podría decir que los tambores son de acento negro, (las Flautas de Millo, Gaitas Macho y Hembra de gemido indígena), vestido y canto de estilo hispánico. En el baile la mujer representa el aporte indígena y el varón ocupa el puesto negroide. El baile y la danza entonces, es la única de todas las artes que encuentra en el cuerpo la posibilidad de constituir el mundo circundante y permitir que ese mismo mundo lo constituya como sujeto, rompiendo con visiones de dualismo, se devela aquí como escenario constituyente a partir de movimientos y símbolos, las manifestaciones de ideas que de la mano de la filosofía, la sociología y la antropología permite hablar de formas significativas nacidas en personas singulares, con la maravillosa manera de albergar en sí, infinitudes intencionales; no son como las cosas reales en el espacio que con entrar en el campo de la experiencia humana, no por ello poseen ya significación para el hombre como persona.
Su ser espiritual entra en el movimiento de una progresiva reformación; este movimiento se efectúa desde el principio de un modo comunicativo, despierta en el ámbito vital un nuevo estilo de existencia personal y en su comprensión, un devenir correspondiente nuevo. El tráfico organizado de esclavos procedentes de África financiado por las potencias Europeas, tuvo su punto de partida alrededor de 1441, es decir, medio siglo antes del primer viaje de Cristóbal Colón hacia el desconocido Oeste. Cartagena de Indias poseía el tráfico del negro, un mercado más propiamente de feria de ganado humano, donde se distribuían los negros al trabajo de laboreo de las minas, ya que el indígena era incapaz de resistir las agobiadoras faenas; también tuvieron a su cargo gracias al empecinamiento del poder español y su condición física que superaba maltratos y enfermedades la construcción de las murallas. Los africanos cautivos, carne de muralla, tenían una sola obsesión: la fuga, se convertían en cimarrones para librarse de la esclavitud burlando los dispositivos de seguridad, entre ellos los perros de caza y se internaban en las selvas reuniéndose con otros en dirección del rey negro Benkos—bioho, fundaron un poblado que se conoce todavía con el nombre de Palenque. Un genuino núcleo africano en la tierra de América, donde por primera vez en este continente se agruparon hombres rebeldes para proclamar y defender su independencia.
Por su parte los indios, sobre todo los de ascendencia Caribe libraron cruenta y desigual lucha contra la armadura, el caballo, el sabueso y la pólvora que daban superioridad bélica a los barbudos peninsulares que los diezmaron y sometieron.
Hay otros investigadores como el maestro Jacinto Jaramillo en su libro Danzas y Cantos de Colombia, donde afirma desde un estudio hecho por él en el año de 1927 a orillas del Magdalena, entre el Banco hasta el Baranoa donde habían vestigios de la Cumbia expresados por sus habitantes, decían que la Cumbia era una danza de indios y que tenía propósitos de casamiento, que se danzaba en las noches con unos mechones [antorchas] que llevaban los hombres, los muchachos ofrecían a las muchachas los mechones y cuando ellas aceptaban, salían casados. La define en sí como una danza astral con símbolos fálicos y que el fuego, entregado por el hombre a la mujer era una manifestación trascendental.
Este último estu